Pituka de Foronda


Tell a Friend





México, D.F. (1991)


Por Rogelio Agrasánchez Jr. ©


La cita era en la casa de la familia Wallace-Foronda, un lugar tranquilo y selecto de Cuajimalpa, en la ciudad de México.


Algunos retratos y cuadros de paisajes colgaban de la pared de la sala. De pronto le pregunté a la señora Pituka quién le había tomado aquella foto donde luce muy guapa. Me contestó que “fue Semo, el mejor fotógrafo de la época.” También vi un retrato de su bisabuela materna. Luego me mostró varias pinturas, entre las que estaba un cuadro de Bardasano[1]. Otro era de Roberto Montenegro. Recordó que cuando ella iba a casarse, este famoso pintor le dijo: “Si me invita usted a su boda, le regalo un cuadro.”


Pituka de Foronda se casó con Herbert Wallace en 1950. Ella bromeó: “No cualquiera permanece casado 40 años... Aunque el aguante es de mi marido, más que mío.”


Mercedes Pinto[2] era su madre. Escritora y autora de la novela “Él.”[3] Fue adaptada al cine, pero Pituka dice que la novela es mejor que la película. “Casi siempre es así, ¿o no?”.


Me contó que doña Mercedes Pinto “escribía para el periódico EL DÍA, en Montevideo. Decidió ir a España y formó una compañía de teatro, donde perdió hasta la camisa, porque no era comerciante. Y fuimos a Paraguay, Chile, Bolivia, en camino hacia España. Cuando llegamos a Cuba, le dijo el Embajador a mi madre: Qué va a hacer usted a España. Si ahora allá necesitan balas y comida. Y usted solamente es una señora con niños. Entonces mi mamá se quedó en Cuba y escribía para EL MUNDO.”

“Yo empecé a hacer teatro en Cuba. Debuté a los 15 años de edad. Después formé un grupo de aficionados (La Cueva) para poner obras de altura. José López Rubio nos dio una obra (llamada ‘El señor Lamberti’). Pero Carmen Montejo se quedó con ella.”



”El Indio Fernández tuvo un escándalo (una especie de crimen pasional) en México y se fue por un tiempo a La Habana. Él me vio trabajar en teatro y luego me enseñó el script de La isla de la pasión. Pero yo no creía que iba a ser realidad eso para mí. Nunca me creí lo suficientemente... Entonces desde México me mandó el contrato. Yo adoraba a México sin haber estado nunca allí. Lo adoraba porque mi padre, que fue director de la Escuela Náutica, siempre hablaba de México. Una vez compró unos barcos para una empresa naviera (Casa Salvo), y se pegó un tiro en Veracruz. No se mató. Y fue a Canarias, conoció a mi madre y se casó con ella. Y eso de México yo creo que se me quedó dentro.”


“En el Uruguay, estaba yo pequeña y en los carnavales mi disfraz era de charro, hecho por una costurera y con sombrero forrado. Mi retrato lo tenían en la Embajada de México en Uruguay, porque allí adoraban a mi madre. Ella hablaba muy bien de México en sus conferencias, porque entonces México tenía muchos problemas políticos. Por eso, cuando el Indio Fernández me mandó el contrato a Cuba, pues... me voy a México, desde luego. Y fíjese, para morirse de risa, entre las cosas que ponía en ese contrato decía: Tres comidas al día, no cuatro. Me pagaron sólo mil pesos, pero eso no me importaba. Yo quería ir a México, a conocer la ciudad, la catedral, etc.”



”Luego se murió mi padrastro. Mi hermano Gustavo nació en Uruguay, en un barco que llegaba a puerto uruguayo. Rubén nació en Madrid y yo en Islas Canarias, España. Todos se vinieron a México a trabajar en el cine. Con Cantinflas únicamente actué en Los Tres Mosqueteros y creo que ese fue mi error. Yo prefería salir con Pardavé. Luego vino Regalo de Reyes.”

“Las actrices como yo empezamos por amor al arte y pensamos sólo en el arte. Hoy en día, hay pocos actores de la talla de aquellos otros (los Soler, Pardavé, etc.). De ahora, me gusta y considero buenos actores a Joaquín Cordero, Tony Carvajal. Las actrices son muy malas. Como dijo un director: las actrices cuanto más brutas, mejores actrices. Y eso es cierto, la espontaneidad es mejor que el mucho estudio.”


”Yo adoro a Lorca. Puse una vez la obra de él: ‘Mariana Pineda’. Filmé 10 películas en México y tres en Cuba. Chian-Li-Po o La serpiente roja la hice en 1937. También actué en Mi tía de América y en Ahora seremos felices.”

[Hablando de El museo del crimen].


- Cosa muy rara, muy simpática. Creo que yo envenenaba a alguien.


- Sí, con unos chocolates. (RAL)


[risas de Pituka de Foronda y de RAL]


- Y usted ¿Por qué no escribe?


- No sé, nunca me he puesto a escribir. (RAL)


- Sí, póngase. Tiene cara de que va a escribir bien. Yo soy adivina.


[risas]


- Ojalá. (RAL)



“Susana Guízar está dolida porque la vida es algo injusta. Pero no está tan fea. Porque conmigo también hay gran diferencia entre esa foto y ahora. Pues, ¡caramba! Me da mucha rabia. Me da coraje, pero qué remedio; no puedo uno atrasar el mundo, ni el reloj. Gracias a Dios, tengo mis hijos y nietos.”


“Yo no me estiro[4]. Vaya: ¿Por qué me van a quitar de la cara todo lo que he aprendido en la vida?”


“Todavía yo me salvo porque como he hecho mucho deporte y montado a caballo... Dolores del Río, a pesar de que se arregló muchísimas veces, era mucho mejor madura que jovencita. Tenía lo que le va dejando a uno la vida. Hay un dicho muy bueno que dice: Después de los 41 años, toda la gente tiene la cara que se merece. Se van quedando las cosas en el rostro. Ve uno a un señor y dice: ¡Qué cara de borracho tiene!, seguro que es un borracho. O también vemos a otro con cara... y decimos: Esa gente es mezquina. Por eso es más fácil hacer papeles de malo, y más difícil hacer los de bueno.”


“Es más fácil hacerle creer a la gente que uno es duro, o egoísta y se puede poner la cara de duro y egoísta. Ahora, el decir ‘yo soy sincero’. Eso cómo se puede hacer. Porque hay una lucecita en el fondo de los ojos. Es fácil. Yo puedo prender la pupila. ¿Usted puede? Mire, mire mis ojos contra la luz.”


“A la gente le gusta el actor vanidoso. Está acostumbrada a que el actor sea vedette. Y yo no, me piden un autógrafo y yo cómo no, con mucho gusto. En México hay un dicho terrible: no te vendas barato porque te compran. Terrible, pero triste. Por eso hay que dar el gatazo; sentirse la divina garza. Eso es imposible para mí. Si uno sabe que se tienen tantos defectos que hay que pulir y que hacerse mejor. Se va a uno a quedar a la mitad del camino. Yo todavía creo que voy a vivir más, por eso digo a la mitad del camino. [risas] Ya lo ve, soy muy optimista. Hay que serlo, también hay que ser creativo.”


“En La isla de la pasión había una cachetada que Isabela Corona me daba a mí. El director le ordenó a ella que moviera el brazo desde atrás. Y fue una bofetada que casi me torció la cara.  En La abuelita, Sara García me pegó cinco bofetadas. La pobrecita tenía piedad de mí pero yo le decía: Déme duro. Se repitió la toma cinco veces porque a ratos me dejaba con el sombrero enchuecado u otra cosa rara.” [risas].


Una anécdota: Cuando llegó a México Pituka de Foronda y estaba viviendo sola, acostumbraba a ensayar sus diálogos de noche. Una vez alguien escuchó su voz desde afuera y pensó que ella estaba acompañada de un hombre, porque los diálogos se encendían de repente. Al otro día le preguntaron que con quién había pasado la noche.


“México es un país bello, precioso. Lo amo. Pero es un país difícil, sobre todo para una mujer chica y soltera. Yo no aconsejaría a ninguna niña que viniera sola a México. Ni a ningún otro país.”


“En La Habana estuve viviendo seis años.”


“Dijo Oscar Wilde: Ten cuidado con la mujer que es capaz de decir su edad porque es capaz de todo.”


“Yo fui feliz haciendo Tormenta en la cumbre, con Julián Soler. Él tenía mucho talento, mucho conocimiento. Con Miguel M. Delgado, al hacer la cinta de Cantinflas, también me sentí muy a gusto.”



“Yo fui una de las pocas actrices que quiso acompañar a Bette Davis cuando vino a México. Otras actrices no querían, dijeron: no, por qué, si nosotras somos tan estrellas como ella. Y dije: yo no, yo no soy tan estrella, ya quisiera. Y yo con mucho gusto, tuve el honor de salir con ella dos tres veces y me regaló una foto preciosa y la admiré mucho. Y fueron a ver una película que hice [Como todas las madres] y Bette me regañó:


-¿Por qué hace esto a su edad?


-Porque si no hago esto no hago nada. Usted no se puede dar el gusto de decir: Esto no lo voy a hacer.”


“Yo nunca ha sabido ser mi propio manager. No he sabido ir y decir: tiene usted algo para mí. No lo sé hacer. La gente debe tener un representante que vaya con los productores... Miguel Zacarías me llamó aquella vez para hacer El peñón de las ánimas, para hacer el segundo papel. Y fui tan inocente, tan tonta. No solamente no lo hice yo, sino que cortaron el papel para dejarlo a la mitad. Claro, la película era para María Félix. ¿Cree usted que iban a dejar que la otra persona se robara la película?”


“Me dediqué mucho a hacer labor social. Porque sí me interesa la gente. Yo creo que el verdadero artista es el individuo al que le importa el ser humano. Yo fui presidenta de la rama auxiliar del Patronato Pro-Reo Liberado en México. Yo fui presidenta de las damas del Salvation Army. Fui presidenta del Cosmopolitan Club. Fui voluntaria de la BC Hospital. He recitado gratis por doquier, desde los guardias presidenciales hasta Gobernación, todo lo que me han pedido de ayuda para la gente lo he hecho con muchísimo gusto. Tan es así que en ese tiempo en que actuaba gratis, en México en mi sindicato no lo han contado porque lo he hecho sin ganar dinero, no lo han contado para nada. Yo no tengo ninguna medalla, ni nada de Actores (ANDA), nada. Porque todo este tiempo que no trabajé, no coticé. Pero en cambio di todo lo que pude,  a todo el mundo. Y eso no cuenta. Yo era del sindicato, pero como yo iba y recitaba gratis y no tenía una película para darles el tanto por ciento, eso lo ignoraban. Lo que hace uno gratis no cuenta. Así es la humanidad.”

Trabajar en las telenovelas no le gusta tanto a Pituka de Foronda porque no hay temas interesantes.


Cerré el álbum donde ella guarda sus recuerdos de actriz, fotos, recortes de periódico y una carta donde el Indio Fernández la llamaba para

hacer La isla de la pasión.




[1] Josep Bardasano, artista español exiliado en México luego de la derrota del gobierno republicano en la Guerra Civil Española.

[2] La biografía de la poetisa e intelectual feminista Mercedes Pinto fue escrita por Alicia Llarena: "Yo soy la novela. Vida y obra de Mercedes Pinto". Gran Canaria, Cabildo de Gran Canaria, 2003.

[3] La versión cinematográfica fue producida por Tepeyac y dirigida por Luis Buñuel.  Los papeles protagónicos fueron interpretados por Arturo de Córdova y Delia Garcés.

[4] Se refiere a no practicarse operaciones de cirugía plástica para parecer más joven.